La protonterapia es la tecnología disponible más precisa y más avanzada para luchar contra el cáncer mediante radioterapia. España se ha situado a la cabeza de implantación de esta tecnología mediante un convenio entre el Gobierno y la Fundación Amancio Ortega para la adquisición de 10 equipos destinados a la sanidad pública. La singularidad y complejidad de este tipo de instalaciones conlleva la necesidad de que se disponga de sistemas de protección radiológica adecuados para los profesionales que se encargarán de su operación.
Gracias a las propiedades de los protones, la protonterapia es, en la actualidad, la técnica de radioterapia más avanzada que existe. Su eficacia es igual o superior a la radioterapia pero, como consecuencia de la naturaleza del haz de protones, el daño al tejido sano y los posibles efectos secundarios son mucho menores en el paciente.
Los equipos de protonterapia, tienen como función tratar pacientes mediante un haz de protones. Un haz filiforme que se dirige a la zona del tumor y hace un barrido del mismo en capas paralelas a la superficie, variando la energía de los protones incidentes.[1]
La protonterapia en España
En España, la implantación de la protonterapia comenzó en 2018, con el inicio de la construcción de dos equipos de titularidad privada. El primero recibió el informe favorable del CSN en septiembre de 2018, mientras que el segundo lo consiguió en marzo de 2022.
A finales de 2021, un convenio firmado entre el Gobierno y la Fundación Amancio Ortega con una inversión de 280 millones de euros puso en marcha un plan de adquisición de 10 aceleradores de protones para el tratamiento del cáncer, que se situarán durante los próximos años en las provincias de A Coruña, Bizkaia, Málaga, Sevilla, Valencia, la isla de Gran Canaria, Madrid y Barcelona; estas dos últimas con dos equipos cada una.
Las instalaciones de protonterapia están consideradas como instalación radiactiva de segunda categoría y los riesgos asociados a este tipo concreto son:
- Exposición a radiación secundaria (fotones y neutrones de un amplio rango de energías).
- Exposición a radiación proveniente de la activación de los materiales, especialmente en operaciones de mantenimiento.
- Exposición a radiación por inhalación proveniente de la activación del aire.
- Exposición debida a la activación del sistema de refrigeración.
El proceso de puesta en marcha de este tipo de instalaciones también es más complejo que el de un acelerador lineal, por lo que el periodo entre el montaje y la calibración inicial pasa de uno o dos meses a aproximadamente ocho.
Protección Radiológica para protonterapia: dosimetría personal, detección ambiental y monitores de contaminación.
En primer lugar, hay que tener en consideración cuántos trabajadores se necesitarán para operar una instalación de protonterapia. Por sus características, deben de contar con un Servicio de Protección Radiológica (SPR) propio, encargado del programa de protección radiológica operacional y con dos supervisores presenciales, uno por parte del centro médico y otro por parte del fabricante.
Dentro del programa de vigilancia dosimétrica personal se debe cubrir, además de la radiación gamma, la radiación neutrónica. Esta vigilancia se debe de llevar a cabo mediante servicios de dosimetría personal por termoluminiscencia (TLD).
Aplicaciones Tecnológicas de la Física representa en España la dosimetría TLD HARSHAW Thermo Fisher Scientific, que cuenta con materiales, dosímetros y equipos de lectura muy probados y acreditados, garantizando procedimientos fiables. Como elemento de protección complementaria, se pueden usar dosímetros electrónicos que cubran ambos tipos de radiación, como el EPD TruDose NG de Thermo Fisher Scientific.
Para la monitorización de contaminación en los trabajadores, especialmente en pies y manos, ThermoFisher Scientific cuenta con la serie HFM11. Estos monitores de pies y manos ayudan a reducir los tiempos de supervisión, mientras que los detectores de mano más largos brindan cobertura de muñeca y antebrazo.
El CSN recomienda también un programa de vigilancia ambiental periódica de los niveles de radiación1. Dicha vigilancia se puede realizar mediante detectores portátiles que permitan asegurar que los niveles de activación no son significativos, como los de la gama RadEye. Además, Aplicaciones Tecnológicas de la Física ha desarrolado una red ambiental basada en el detector ambiental FHT6020 + WENDI + un detector gamma. Estos equipos van conectados al interlock de la instalación por un lado y a un sw de datalogging por otro lado (netview).
Si desea saber más sobre protección radiológica en instalaciones de protonterapia, así como en otro tipo de instalaciones médicas radiactivas, puede contactar con nosotros a través de este enlace.
[1] ALFA – Revista de seguridad nuclear y protección radiológica. Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Número 40 / 2019